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Moto y alcohol.
Otro aspecto muy a tener en cuenta es el consumo de alcohol. Para la cantidad de alcohol en sangre cada país tiene su propia normativa que puede ser más o menos permisiva a la hora de admitir hasta una cierta cantidad de gramos por litro.
De todas formas yo siempre he entendido que esa permisividad es sobre todo aplicable cuando conducimos sobre cuatro ruedas, donde el equilibrio no es una de las cuestiones que deban preocuparnos.
Pero mi recomendación es clara: sea cual sea la tasa legal permitida, si conducimos moto nuestra tasa de alcohol debería ser 0,0.
Además de ralentizar nuestros reflejos, tengamos en cuenta que el alcohol reduce nuestra capacidad de percepción y actúa por tanto como un ‘anti-anticipador’ (justo lo contrario de nuestro objetivo 😟).
La somnolencia.
Posiblemente la somnolencia aparecerá más fácilmente si estamos conduciendo en coche porque nuestra posición, si la comparamos con la de la moto, nos induce al sueño con más facilidad. Además al circular en moto tenemos el impacto directo del aire y eso nos ayuda a mantenernos despejados, pero no debemos confiarnos y si en moto nos sentimos cansados será mejor optar por otro medio de transporte en el que no tengamos que conducir (si estamos cansados, sustituir la moto por nuestro coche, no sirve 😲😟).
Lo sensato, si vamos a salir una noche y prevemos que regresaremos tarde, cansados y posiblemente habiendo tomado alguna que otra copa, será mejor que esa noche nos movamos en transporte público o en taxi.
A la hora de conducir cualquier
vehículo, alcohol y cansancio no
son buenos compañeros de viaje, pero
mucho menos si se trata de una moto
Los semáforos.
Un elemento especialmente importante con el que interactuaremos de forma constante al conducir en ciudad y que no aparecerá cuando lo hagamos en carretera abierta serán los semáforos.
Todos conocemos como funcionan y también sabemos que debemos respetarlos si queremos evitar un accidente casi seguro. Ahora bien, conviene recordar que al conducir donde haya semáforos, hay un aspecto clave si queremos librarnos de tener algún ‘susto’. Se trata de no ‘apurar’ el tiempo que nos ofrece el semáforo evitando:
- salir cuando la luz para peatones se ha puesto roja pero nuestra luz todavía no se ha puesto verde o bien
- apurar a pasar el semáforo cuando ya ha cambiado de verde a ámbar.
Si habitualmente nos saltamos esos límites, será cuestión de tiempo el topar en mitad del cruce con ese otro conductor que circula transversal a nuestra posición y que también ‘apura’ los tiempos para pasar el semáforo.
¿Y que puede pasar si se produce esa coincidencia? pues que las probabilidades de sufrir una colisión en mitad del cruce aumentan de forma exponencial.
Esta es una situación que se puede evitar fácilmente…
Puedes obtener más información sobre los semáforos, descargando el libro: Consejos para conducir MOTO en CIUDAD y salir airoso… 😃
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